jueves, 30 de agosto de 2012

Lemmonada(?

A petición, fragmento de la historia cuyo nombre aún no tengo claro ._. No sé si ponerle "Falsas Percepciones" o simplemente "Alucinaciones". Como sea, como sea... Estoy aburrida, y no trabajo muy bien bajo órdenes e__e Si no te gusta, ¡me vale cacahuete! Asdasd, quiero maní♥
Aclarando, Ethan es el protagonista. Por ahora sólo tengo dos escenas lime/lemmon. La primera, la que les dejo, es lime y es narrada desde la perspectiva de Ethan. La segunda es lemmon, y la narra Tammy, que es algo parecido a un súcubo. Parecido, no es lo mismo.

Veamos qué tal me va escribiendo bajo presión(?

Escena I
[Ethan]

Y la vi allí, arrodillada sobre la orilla de la cama, con sólo un camisón corto cubriendo su torso; aún así sus delicados pechos se atisbaban  en la tela traslúcida, haciéndolos notar perfectos. Desvié mi mirada hasta su cara, donde observé cómo una fina sonrisa de complicidad se avecinaba y, lentamente, anduvo a gatas hasta que su sexo se posicionó sobre el mío.

Sus manos, tan suaves y finas, recorrían mi pecho descubierto detallando cada centímetro de la piel que acariciaba. El tenerla casi desnuda sobre mí, era excitante... tan excitante que mi erección, ya de por sí dolorosa, comenzaba a palpitar al compás de mi corazón.

Acercó su rostro y posó su boca deleitable sobre la mía, en un beso tierno y apaciguado. Entonces me di cuenta, para mi sorpresa, que me gustaba... me gustaba la forma en que me besaba. Y, cuando su lengua acarició mis labios, abrí mi boca para saborearla. No obstante, me fijé en que su busto aún no tocaba mi torso, y deseaba que lo hiciera, poder sentir sus pechos presionándose contra mi piel. Intenté llevar mis manos hasta donde estos se encontraban, pero me resultó imposible moverlas.

Ella puso fin al beso con una sonrisa de superioridad, al tiempo en que yo caía en cuenta de algo que en su principio no había notado: estaba atado a la cama.

—Desátame... —le pedí en un susurro tentador—. Desátame para poder tocarte...

Me miró con la misma sonrisa dibujada en sus húmedos labios y luego continuó con una risilla traviesa.

—Si lo hago, no podré seguir... jugando —confesó ella, colocando uno de sus dedos sobre mis labios.

Sonreí. ¿En serio quería jugar conmigo? Me estaba atormentando con ese juego. Y, de momento, sólo estaba logrando calentarme... ella tendría que llegar hasta al final, entonces. No, no... me desagradaba también esa idea, pues no quería que fuese ella quien acabase el acto y me acogiese dentro de su cuerpo.


De pronto mi mirada se quedó fija en sus dedos, observando cómo los deslizaba por el bajo de su camisón... y se deshacía de esa prenda, tirándola al suelo.