viernes, 14 de octubre de 2011

Shh~

Shh
Shh, no le digas a nadie lo que pienso. Quiero que me repitas cada verso, bien despacio, olvidando el silencio.
Me encanta cuando pronuncias mi nombre, permitiendo que el cosquilleo se apodere de mi cuerpo, me pones nerviosa apenas rozas mi piel, ¿y cómo negar que eso me guste también?
Tienes harto efecto en mí. Tu voz retumba en mis oídos como una canción sin fin. Tu mirada se pierde en la mía, e intento resistir. Si actúo por impulso quizás me llamarías loca, y no quiero oír esas palabras de tu boca.
Labios que provocan… ¡Aléjate de mí! Produces deseos que no debería sentir… Con mucho esfuerzo me retengo y nos miramos, tú sin saber lo que yo pienso, y es que mi mente se convierte en un desorden si te tengo a mi lado, junto a mí.
Pienso miles de cosas si estás cerca: me pongo propuestas, me contradigo, me desespera el simple hecho de no decidir qué cosa hacer. Y más me molesta es que después que te vas… me arrepiento de no haber hecho lo que en su momento tuve oportunidad.
Quisiera besarte, pero me siento incapaz. No me gusta besar… porque simplemente el corazón se me descoloca, se agita desesperadamente, y la cabeza me da vueltas, ¡me marea! Me exaspera dicha sensación…
¿Y qué puedo hacer? Son sensaciones que no puedo controlar…
Lo que pienso… Lo que pienso no debería saberlo nadie más.
Shh…

Los que se hacen llamar "amigos"

Los que se hacen llamar “amigos
Espera… Lentamente se enmascara la gente.
Detente, ya no avances entre arpías que te mienten.
Son imbéciles incoherentes que te envenenan la mente.
Espera, la aguja avanza, el tiempo no se detiene. Los amigos que tienes a tu lado, son enemigos disfrazados.
Mírate la espalda, ¿qué es lo que tienes? Son espinas enterradas, puñales de la gente que querías y sin previo aviso te lastiman, poco a poco acaban con tu vida. ¡Qué hipocresía!
Detente, que esperan a que hagas lo que ellos pretenden. No les complazcas, míralos de frente, expresa lo que sientes. Evita la violencia, sólo deshazte de la carga pesada que tienes… Y que te impide caminar, avanzar al lugar al que debes ir sin mirar atrás.
Aléjate… Te mereces otro tipo de amistad. Eres diferente, piensa que tú eres normal, pero ellos extraterrestres. No estés triste, que siempre hay pocos amigos de verdad.
Valórate, eres un ser sorprendente. Ellos sólo son envidiosos, celosos de lo que tienes, de lo que eres, y de lo que puedes poseer. Pisa firme, y no te vuelvas a juntar con compañías que te hieren.
En la calle… Nadie busca el bien para nosotros, ¡tenlo siempre presente!

¿Hablamos de ti o de mí?

¿Hablamos de ti, o de mí?
Me dicen amargada por no sonreírle a gente extraña, y es que a simple vista hay personas que no agradan.
Me dicen amargada por detestar el ruido, optar por el silencio, hundirme en un buen libro. ¿Y qué?
Sigue tú con tus sonrisas falsas, con hipocresía en una máscara, anda y ve a una tonta fiesta donde lo que llamas música te espera. Vístete con poca ropa, muéstranos tus lolas, ponte faldas cortas, recógete el cabello en una cola, usa maquillaje: labios rojos, párpados fucsias, rubor en exceso, píntate las uñas, ¿estás lista? Tienes pinta de ramera, me das pena. Coquéteales a los chicos en la fiesta; bailando reggaetón te crees la reina, y no eres más que una mierda.
Chica fácil”, así te dicen en la calle. Levantándote las faldas en un rincón del parque. Me dijeron por ahí que te ibas a la cama con los tipos que te daban buena pasta. Y les creo.
¿Recuerdas esto? “Siempre he querido, niña, hacerte el amor”, eso lo dice el reggaetón, pero no confundas al amor, con sexo y adicción. ¿Eso te gusta, te excita, te pone ardiente, perra? Disculpa este lenguaje, pero así habla el reggaetón. Si ellos lo dicen, bailas, pero yo lo hago y te enfureces. ¿Qué pasó, chica fácil? Odio el reggaetón, pero a ti no. Sólo me das vergüenza por ser tan regalada y…
¡Dilo, dilo!
¡Me causas repulsión!
¿Hablamos de ti, o de mí? Soy bipolar, a las personas tengo distintas formas de tratar. Si no les hablo, y menos río, ¡no se preocupen! Me caen tan pesados como sostener a mi perro en una mano.
Si me caes bien, te miraré y sonreiré, te lo diré. Y es que yo no me ando con hipocresías.  ¡Maldigo las mentiras!
No consumo alcohol, no fumo, no escucho ni bailo reggaetón. No creo en Dios. ¡Pero tú sí! Tu hígado debe estar mal, tus pulmones de igual forma, tu mente cochina, cerebro lavado, creyente de algo que no has visto, que no has tocado.